Era la cuaresma del año 1934, cuando dos padres capuchinos del convento de Jesús dieron una misión en la parroquia de los Ángeles, en la barriada de Cuatro Caminos, que era un suburbio de Madrid en aquellas fechas. Con tal motivo el párroco, D. Manuel Rubio Cercas también vicario de la Diócesis, propuso a los padres predicadores la fundación de un convento en su parroquia con la expresa intención de que los religiosos colaboraran en la asistencia espiritual de los muchos y dispersos feligreses dela barriada. Habiendo aceptado la invitación, los religiosos decidieron adquirir un solar en la Calle de Bravo Murillo, solar que había sido ocupado anteriormente por un colegio de religiosas mercedarias y que fue incendiado ydestruido en mayo de 1931 por exaltados anticlericales.
En abril de 1939 se adquirió el solar por parte de los padres capuchinos. Después de la guerra, tras numerosos proyectos fallidos por falta de presupuesto, se colocó la primera piedra el día 4 de noviembre de 1944, gracias la disponibilidad espiritual y económica de una gran mujer, Dña. María del Carmen Fernández de Córdoba y Pérezde Barradas, Condesa de Gavia.
Tres años duró la obra, el día 14 de diciembre de 1947, tercer domingo de adviento se inauguró la iglesia, para gran alegría del barrio, que su Santidad Pío XII celebró remitiendo un telegrama de felicitación. Ofició la ceremonia el Excmo. Sr. Cardenal Arzobispo de Sevilla, Dr. D. Pedro Seguro ySáez a las 10 de la mañana, quedando oficialmente reconocida con el nombre " Santuario de San Antonio de Padua".
El día 13 de junio de 1948 se inaguró el órgano de la Iglesia (la música celestial), el concierto corrió a cargo del P. Esteban de Cegoñal, estando presente en el acto el conocido músico P. Otaño, S.J. , entonces director del Conservatorio de Música de Madrid
El día 13 de junio de 1948 se inaguró el órgano de la Iglesia (la música celestial), el concierto corrió a cargo del P. Esteban de Cegoñal, estando presente en el acto el conocido músico P. Otaño, S.J. , entonces director del Conservatorio de Música de Madrid
Lamentablemente el día 31 de mayo de 1949, a la edad de 83 años, la Condesa de Gavia nos abandonó, devota por San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen. Siendo enterrada dentro del templo en un mausoleo, embalsamada con el hábito de “pobre capuchina”, como expresamente testó, dentro de un sarcófago de zinc.
La fachada del templo, de revoco, es un cuerpo rectangular coronado por un frontón triangular con unacruz. En ella se abren tres arcos que dan paso al atrio del templo. En lacolumna de la derecha del arco central, en su parte inferior se encuentra “la primera piedra” en la que, bajo tres cruces, se lee en dos líneas “ San Antonio. 4 de noviembre de 1944”.
En el centro de la fachada, según se accede de frente al templo, y sobre el arco central, hay una escultura de San Antonio, flanqueada por un ángel y un pobre. El altar fue terminado el 2 de junio de 1949 y consagrado el 18 de septiembre de 1951 por Monseñor Matías Solá Farell y encima de ella, en la vidriera de un ventanal, el santo está predicando a los peces. A su lado hay dos escudos, el de la derecha es el de la orden Franciscana y el de la izquierda, el de la Condesa de Gavia
A la derecha de la fachada se eleva la torre, de 50 metros de altura, con varios cuerpos, estandoe n el último las campanas. La planta de la Iglesia es de cruz latina, con crucero y coro a los pies. Mide, de pared a pared, 46 metros de larga por 28 de ancha. La nave central, de 20 metros de luz, se cubre con bóveda de cañón conarcos fajones. En el centro del crucero se levanta una hermosa cúpula sobre arcos formeros, teniendo un tambor octogonal inscrito en una circunferencia de 12,50 metros de diámetro y chapitel.
La última reforma delTemplo se efectuó en el año 1997 por el despacho técnico Ara Arquitectos S.L., recuperando la condición de espacio luminoso y claro. Entre los nuevos elementos la pintura de la iglesa, el zócalo que recorre toda la iglesia y que está compuesto de granito gris abujardado, entremezclado, con granito rosaporriño, el suelo en donde se integra el terrazo con el amero a base de mármol beige serpiente y blanco macael, recobrando el lenguaje arquitectónico con que fue concebido el santuario como lugar santo.
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